miércoles, 6 de octubre de 2010

Puente Moreno: 38 años de luto

Artículo publicado por: EL DIARIO DE COAHUILA el 5 de Octubre de 2010

Por: Héctor López

Son 38 años; la sociedad aún no perdona y continúa responsabilizando a maquinistas, fogoneros y garroteros de la desgracia del descarrilamiento del tren de peregrinos proveniente de Real de Catorce, San Luis Potosí; pero sólo hubo un responsable: Víctor Manuel Villaseñor, gerente general de Ferrocarriles Nacionales de México.

Fue una noche trágica, nadie desearía terminar con tantas vidas humanas, no hubo alcohol ni mujeres; quien ordenó pegar más carros al tren de peregrinos fue la misma gerencia de la ciudad de México que no ignoraba las consecuencias que pudiera tener tremenda decisión, reconoció lo anterior el garrotero Juan Juárez Alvarado durante una entrevista exclusiva para EL DIARIO de Coahuila que se realizó en el 2004.

Sería la única ocasión en que don Juan revelara la verdad del trenazo, su deseo: que la gente admitiera la realidad sobre quienes fueron los responsables del accidente, mismos que trataron de culparlos de manera injustificada a tal grado de intentar extender certificados falsos contra los trabajadores ferrocarrileros con el argumento de conducir el tren bajo los efectos de bebidas embriagantes.

CONDUCTORES

Melchor Sánchez Echevarría se desempeñó como maquinista, Jesús Rocha Serna estaba como conductor en tanto Ignacio Carrizales García fungió como fogonero, y los garroteros eran Pedro Rodríguez Barbosa y Juan Juárez Alvarado.

Después del accidente los trasladaron al Hospital Ferrocarrilero donde permanecieron como lesionados y en calidad de detenidos por ser presuntos responsables del accidente ferroviario.

Ahora, a 38 años de la tragedia, sólo sobrevive don Juan Juárez Alvarado, el resto ha fallecido con la pena de haber sido señalados por la gente como los culpables de la muerte de sus familiares.

La presión de las autoridades de Ferrocarriles de México, en específico del gerente general Víctor Manuel Villaseñor, se centró luego en el doctor Luis Morales Benavides, a quien destituyeron como director del Hospital Ferrocarrilero por no extender los certificados falsos.

El accidente fue a las 11:30 de la noche del día 5 de octubre, la máquina que estiraba a los 22 vagones era la número 8408 con 1,600 peregrinos provenientes de Real de Catorce, San Luis Potosí.

Los datos que proporcionó el gerente general de ferrocarriles respecto al accidente indican que el exceso de velocidad y la irresponsabilidad de los conductores fue la causa del accidente.

Al momento de entrar a la curva, el tren lo hizo a una velocidad de 120 kilometros por hora, cuando lo normal era a los 60 por ser curva descendente.

PRIMERAS VÍCTIMAS

Para el día seis de octubre en la tarde, la cifra oficial de muertos fue de 206, identificados 142; 64 sin identificar y sepultados en fosa común.

Entre ellos Elvira Pérez Torres, Cruz Guerrero, María Eva Carrillo, Juana Aguirre, Manuela Rentería, Natividad Gloria, Felipe Covarrubias, Paula Rentería, Natividad Flores, Lidia García Cortez, Leonor Hernández, Paula Contreras, Tomsa Lomas Arenas, José Chávez, Inés López Vázquez, Hermenegildo Quiroz, María Luisa González, Rosa Salas Rivera, Norma Alicia Gómez, José Ortiz Carrizales, Ana María Hernández.

LESIONADOS

En los hospitales como Cruz Roja, Hospital Civil, Ferrocarrilero, ISSSTE, el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Clínica Doctor Torres Velázquez se atendió a Francisca Rivera, Clotilde Tovar, Olivia Quintana, Marcos Cruz Lara, Susana Ovalle de Anda, Gilbertha Flores, Pedros Estrada, José Hernández, Marcos Cortez, Jesús Domínguez, Jacobo Milán, Alejo Tovar Lucio, Sabina Piña de Domínguez, Cecilia Ruiz, María Elena Hernández Gutiérrez, María Santiaga Rentería, Leocadio Rivera y María Luisa Rentería.

Por la gravedad en sus lesiones fueron trasladadas a Monterrey once personas: Paula Bustos de Moyeda, María de la Paz Torres, Hermenegilda Gómez, Elvira Díaz, Francisco Hernández Arenas, Magdalena Armendáriz, Rubén Herrera Vázquez, Ramón Martínez, Rafael Hernández, Gloria García Mata y Dolores Espinoza.

AUXILIO FORÁNEO

Acudieron en auxilio de la Cruz Roja para el rescate de víctimas las delegaciones de Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí y Torreón, Coahuila, además personal de la Sexta Zona Militar, Policía Federal de Caminos y ambulancias de distintas instituciones privadas y bomberos de Saltillo.

Todavía hoy a 38 años del trenazo de Puente Moreno no hay datos reales del número de víctimas que fallecieron, pues muchas de ellas perecieron destrozadas o calcinadas entre los fierros retorcidos de los vagones los cuerpos o piezas fueron sepultadas en la fosa común del panteón de Santiago.

También muchos de los heridos se atendieron en domicilios particulares.

Juan López Valdés uno de los socorristas de la Cruz Roja Mexicana que participó en las tareas del rescate y atención a lesionados dijo que era imposible reconocer a los heridos, todos llenos de polvo negro que se confundía con la sangre, niños que lloraban la pérdida de sus padres y hermanos, mamás desesperadas que nunca más volvieron a saber de esposos.

La Cruz Roja y otros hospitales se encontraban saturados de gente que quería saber sobre familiares que viajaban en el tren, era un peregrinar en cada hospital donde se colocaron las listas de lesionados y fallecidos.

Fueron momentos de tristeza el ver que la gente caminaba entre la fila de cuerpos inertes y descubrir ahí a sus seres queridos.

Un accidente, una herida que continúa abierta que no se puede curar, un 5 de octubre de 1972 que no se olvida.

Fuente: www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2010/10/5/locales-198201.asp

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